La creatividad es una capacidad innata, y tiene que ver con la facultad de encontrar salidas novedosas a problemas comunes. Todos tenemos instalada la creencia de que la creatividad es una facultad que sólo aplicamos cuando llevamos a cabo un acto artístico, sea pintar, actuar o tocar un instrumento. Pero esto no es así. La creatividad se aplica en la resolución de la mayoría de los problemas cotidianos.
Es cierto que el arte es una de las formas más accesibles y directas para estimular la creatividad, porque apela a formas de percibir la realidad que no son las convencionales -lógicas y racionales-, porque apela a la intuición y a registrar estados emocionales internos, fantasías, vivencias y recuerdos; que son toda la materia prima de nuestra imaginación.
En el crecimiento de una persona, el ambiente muchas veces se ocupa de mal-educar en relación a la forma en que las cosas deben hacerse, en relacion a la forma en que las cosas deben ser. Y así vamos separando en nuestro chip las formas correctas e incorrectas de hacer las cosas, buenas y malas, lindas y feas. Nos llena de miedo equivocarnos, quedar en ridículo frente al otro, porque el otro sabe también como las cosas deben ser.
Pero todo esto no hace más que alejarnos de toda una posibilidad de experiencias de aprendizaje y desarrollo creativo, nos vuelve acartonados, preocupados de las formas y no de los contenidos.
Educar en arte a adultos, es la mayoría de las veces, enseñarle a jugar, desarmar desde adentro esa inhibición inicial, ese miedo al fracaso. Todo lo maravilloso no nace de las certezas sino de las dudas, de la inquietud.
Educar en arte es enseñar que no hay formas correctas o incorrectas de hacer las cosas, sino formas auténticas y espontaneas. Crear es encaminarse a encontrar la esencia personal, ese núcleo más profundo de nuestra personalidad que protegemos tan celosamente.
Lic. Cristian Miguel - Arteterapeuta
Otro Divague, Espacio de Arte
Almagro, Ciudad de Buenos Aires
otrodivague@gmail.com
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